El verano de 2009, por Agosto si no recuerdo mal, nos reunimos en las escuelas un grupo de personas con el ánimo y la ilusión de dinamizar nuestro pueblo que, como tantos languidecía por falta de un proyecto colectivo que le insuflara aire nuevo y lo ilusionara con nuevos proyectos.
Afortunadamente de aquella reunión embrionaria
salimos un grupo de intrépidos (un poco forzados, todo hay que decirlo) que
poco a poco fuimos dándole forma a lo que hoy es nuestra “asociación cultural
amigos de Torlengua”, con estatutos, logo y forma legal como toda asociación
que se precie y, que ha ido mejorando hasta lo que hoy es, una asociación dinámica
y consolidada que ha logrado cosas importantes e impensadas antes de su
existencia.
Las dos exposiciones etnológicas realizadas, la
recuperación de espacios públicos, el marcado de itinerarios de interés, los
encuentros con pueblos vecinos, mejoras en la iglesia, las ya clásicas podas de
pinos, las conferencias de personas relevantes de la cultura y la política como
Abel Hernández y Aitor Esteban, las del compañero y socio Antonio Diez que nos ilustra cada año
con su saber, otras que seguro me dejo en el tintero como conciertos, visitas
guiadas y, la guinda, El almuerzo anual en el monte después de una buena
caminata con nuestros vecinos de Mazaterón que cada año tiene más éxito.
Todas y cada uno de los logros enumerados forman
parte del bagaje que esta asociación atesora y del que tenemos que sentirnos
orgullosos; esto ha sido posible gracias al esfuerzo de todos por querer que
nuestro pueblo siga teniendo memoria propia.
A todos, que han sido muchos, mis más sinceras y
expresivas gracias.
¡¡¡Aúpa Torlengua!!!!
Febrero de 2018
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