domingo, 17 de diciembre de 2023

DESCRIPCIÓN DE LAS BODEGAS DE TORLENGUA

Las bodegas de Torlengua pasan por malos tiempos, el abandono progresivo despierta la nostalgia, pero no la suficiente para impulsar un movimiento de conservación eficaz.

Las bodegas de nuestra tierra son viejas construcciones subterráneas que han resistido el paso de los años manteniendo su estructura sin apenas variaciones, por ello tienen un especial interés etnográfico. No sabemos en qué época se construyeron las primeras bodegas de Torlengua pero las últimas fueron picadas por nuestros abuelos hace un ciento de años.

Tanto las bodegas como los tinos, así se llama aquí a los lagares, fueron construidos para la correcta elaboración del vino, un producto muy importante en la economía y en la cultura del país. Podemos aventurar que en este pueblo había un ciento de familias, otro ciento de bodegas y similar cifra de hectáreas de viñedo, el fruto de la vid era tan importante como la cosecha del secano o la del regadío.

En Torlengua hay 113 bodegas en diferente estado de conservación, una cifra muy elevada en relación con la región, de hecho, para encontrar pueblos con cifras similares tenemos que viajar muchos kilómetros. En la Ribera del Duero se estima que hay miles de bodegas repartidas en numerosos barrios, algunos de ellos ya han sido declarados conjuntos etnográficos por la administración. En Gárgoles de abajo, en Guadalajara, hay 220 bodegas y en Borja provincia de Zaragoza se cuentan 400. No tenemos datos estadísticos para hacer un ranking de pueblos bodegueros, es cecir número de bodegas en relación a número de habitantes en su época, pero creemos que Torlengua ocuparía un lugar muy elevado en esa escala.

El objetivo principal de este trabajo es describir con cierta precisión este patrimonio etnográfico, secundariamente queremos rescatarlo del olvido y ponerlo en valor como primer paso para animar hacia su conservación y recuperación.

Este estudio se realiza como una iniciativa más de la Asociación Cultural Amigos de Torlengua entidad dedicada desde su fundación a mantener el legado cultural de nuestro pueblo.

MÉTODO DE ESTUDIO

El estudio se inicia con la creación de un registro de bodegas en el que les asignamos un número de orden dentro de su barrio y se ubican por coordenadas GPS.

El estado de conservación se analiza de forma individualizada según el aspecto exterior de cada bodega, además se hace registro fotográfico para el análisis posterior.

Para clasificar el estado de conservación de forma más objetiva hemos creado una escala de 5 niveles de la siguiente manera: 1ª- Bodega íntegra, con puerta bien cerrada y apariencia de estar en uso, 2ª- Bodega con problemas solo en la puerta por estar muy rota o abierta. 3ª- Bodega con problema en la estructura de la brencada (fachada exterior). 4ª- Bodega con el caño de acceso en proceso de derrumbe. 5ª- Bodega hundida también en su interior.

En cuanto a los tinos hemos usado una escala con 3 niveles: 1ª- Tino con aspecto exterior normal. 2ª- Tino con cubierta muy estropeada o derruida. 3ª- Tino con paredes también derruidas.

La asignación de categoría sigue siendo discutible porque depende en parte de la subjetividad de los dos autores del trabajo y está hecha solo en base a la imagen exterior.

RESULTADOS

Hemos registrado 113 bodegas de las que 28 tienen un tino anexo. El recuento de bodegas y tinos según su estado de conservación se detalla en las tablas 1 y 2 respectivamente, en la tabla 3 se describe la localización por zonas o barrios.

 

Tabla 1: Bodegas según su estado de conservación en agosto 2023

Nivel de conservación de bodega

Nº de bodegas

1ª: Bueno / bodega en uso

69 (61%)

2ª: Puerta inutilizada /resto conservado

8 (7%) 

3ª: Brencada dañada o hundida/ caño conservado

10 (8.8%)

4ª: Caño hundido / cámara conservada

16 (14%)

5ª: Bodega hundida totalmente

10 (8.8%)

                                                                TOTAL

113

 

Tabla 2: Tinos según su estado de conservación en agosto 2023

Nivel de conservación de tino

Nº de tinos

1ª: Bueno

18 (62%)

2ª: Estructura o tejado dañados

5 (17.2%)

3ª: Tino destruido

6 (20.6%)

                                                         TOTAL

29


Tabla 3: Localización de las bodegas y tinos por barrios

Zona o barrio

Nº de bodegas

Nº de tinos

El Pilar

39 (34.5%)

13 (44.8%)

Tamboril

8 (7%)

1 (3.4%)

Juanmala

11 (9,7%)

 

Camino Vega/Batán

27 (23.9%)

10 (34.4%)

San Sebastián

3 (2.6%)

1 (3.4%)

Molino de los Frailes

1 (0.9%)

 

Avellana

12 (10.6%)

3 (10.3%)

Calvario

1 (0.9%)

 

Cerro camino Deza/Miñana

2 (1.7%)

 

Calles, casco urbano

3 (2.6%)

 

Dentro de casa o pajar

6 (5.3%)

1 (3.4%)

TOTAL

113

29


El este enlace se pueden ver varias imágenes tomadas desde sarélite con los cerros bodegueros principales, quien conozca bien la topografía local las encontrarán con facilidad.

El cerro del Pilar alcanza una densidad bodeguera máxima con 39 bodegas, 13 de ellas con tino y 2 con prensa, el interés constructivo en este barrio era tal que no quedó espacio libre ni para una bodega más. La zona está perfectamente urbanizada en tres niveles, cada uno de ellos dotado de calle para el acceso de personas y caballerías a todas las instalaciones. En lo más alto de este cerro carcomido por las cuevas se encuentra la ermita del Pilar que antaño guardaba bajo sus pies una gran reserva de vino. 

Bodegas del Pilar

Si nos fijamos en el nivel de conservación nos llama la atención que el barrio mejor conservado es el situado entre el camino de la vega y el Batán donde el 81 % de las 27 bodegas tienen buen estado de conservación. Las bodegas más ruinosas se encuentran en la zona de la Juanmala donde solo hemos encontrado una con buen aspecto exterior.

De los 29 tinos encontrados debe reseñarse que 5 de ellos no tienen caseta exterior sino que se encuentran excavados en un lateral del caño de la bodega, éstos son mucho más pequeños, apenas 200 o 500 litros de capacidad y no cuentan con una plataforma para el pisado de las uvas por lo que su uso sería muy limitado.

Los grandes tinos de Torlengua cuentan con una caseta exterior, en el interior siempre hay un suelo donde se pisaba la uva y el pozo donde fermentaba el mosto durante 3 semanas. Cuando el proceso se daba por acabado, desde la bodega se retiraba el tapón de drenaje y el vino fluía con fuerza a una pila donde se recogía y se medía con el cántaro para luego ser llevado a las cubas. La capacidad de estos tinos es variable pero siempre de varios miles de litros, lo necesario para procesar la cosecha de varios viticultores.

La descripción del interior de las bodegas, como su mobiliario y las herramientas utilizadas en la elaboración del vino puede ser el tema para otro artículo.

Las bodegas de Torlengua conforman un rico y singular patrimonio etnográfico que debería ser puesto en valor y conservado de la misma manera que se conservan los viejos monumentos, no por su valor material si no por el cultural.




Autores:

Jose Garcés y César Romero